Tarrare (1772 - 1798) fue un soldado y artista callejero francés que destacó por sus extravagantes hábitos alimenticios. Comía cantidades exageradas de comida y siempre estaba hambriento. Sus padres lo echaron al no poder mantenerlo, y pronto se hizo famoso por tragar cualquier cosa: piedras, animales vivos o basura. Este "talento" le llevaría a París, donde triunfó como artista callejero. Lo curioso es que a pesar de comer tanto, su aspecto era el de un hombre normal.
Tarrare se unió al Ejército Revolucionario Francés, pero las raciones militares no aplacaron su apetito. Su condición empeoró con el hambre y empezó a sufrir de agotamiento. Fue hospitalizado y sometido a diversos experimentos, siendo usado como mensajero del ejército para tragarse documentos hasta que fue capturado por los prusianos.
Desertó del ejército y se sometió a cualquier procedimiento que pudiera curar su padecimiento, pero no tuvo éxito. Incluso fue expulsado de un hospital bajo la sospecha de haberse comido a un niño pequeño y varios cadáveres de la morgue. Reaparecería en Versalles luego de sufrir tuberculosis, y moriría poco tiempo después a causa de una diarrea exudativa.