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Los 12 trabajos de Heracles

Actualizado: 20 jun 2020

Heracles (llamado Hércules por los romanos) es el héroe griego más famoso. Nació de la relación extramatrimonial entre Zeus y Alcmena, esposa de Anfitrión. Esto provocó la ira de Hera, que envió 2 serpientes a asesinar a Heracles cuando tenía apenas 8 meses de nacido. El bebé estranguló a los reptiles, mostrando su fuerza y linaje divino. Tuvo varios maestros en su juventud y se formó una gran reputación como héroe. Heracles volvió a su natal Tebas después de matar un león que devoraba los rebaños de Anfitrión, y libró una batalla contra los hombres del rey de Orcómeno, quienes cobraban tributo a su ciudad. Heracles logró que Orcómeno pagara tributos a Tebas, y el rey tebano Creonte le ofreció a su hija Mégara como esposa.


Posteriormente, Lico dio muerte a Creonte para quedarse con el trono de Tebas. Heracles, quien estaba en Argos, regresó de imprevisto y mató al usurpador. Hera volvió loco a Heracles mientras celebraban esta victoria, y el héroe asesinó a su esposa y a sus 3 hijos. Fue a Delfos buscando expiar sus pecados, y el Oráculo le ordenó ir a Tirinto y trabajar para su primo Euristeo durante 12 años. Aquí empiezan sus 12 trabajos.


El primer trabajo asignado a Heracles fue matar al León de Nemea,hijo de Ortro y Equidna. Era una bestia temible, cuya piel resistía los ataques de flechas y armas cortantes. Heracles no pudo matarlo con su garrote y acabó persiguiéndolo hasta su cueva, donde lo estranguló y le arrancó la piel. Desde ese momento Heracles se vistió con la piel del león, el cual se dice se convirtió en la constelación de Leo.

El segundo trabajo de Heracles consistió en matar a la Hidra de Lerna. La Hidra era una serpiente de múltiples cabezas, hija de Equidna y Tifón. Sus cabezas se regeneraban y multiplicaban al ser cortadas y su sangre era venenosa. Para evitar su regeneración Heracles pidió a su sobrino Yolao que quemara las heridas del monstruo con una antorcha. Heracles por su parte tomó una roca y enterró la cabeza inmortal de la Hidra. Luego abrió su cuerpo y mojó sus flechas con la sangre venenosa. Euristeo no consideró a éste como un trabajo porque Heracles recibió la ayuda de Yolao.



El tercer trabajo encargado a Heracles consistía en capturar vivo a un enorme jabalí que aterrorizaba a la región de Erimanto. Heracles lo persiguió durante varias horas hasta acorralarlo en una zona nevada. El jabalí empezó a moverse con dificultad y se fue cansando hasta quedar inmóvil. Heracles aprovechó la para atarlo con unas cadenas y llevarlo en sus hombros hasta Euristeo.

Como cuarto trabajo Euristeo encargó a Heracles la captura de la cierva de Cerinia, extraño animal con pezuñas de bronce y cuernos de oro. Sin embargo, no se podía causar herida alguna a la cierva, ya que ello era considerado un sacrilegio. Heracles la persiguió día y noche hasta que se detuvo a beber agua en el río Ladón. Fue en ese momento cuando el héroe lanzó una flecha envenenada que atravesó las patas delanteras del animal (entre el tendón y el hueso) sin causar sangrado alguno. De esta forma Heracles consumó su captura y llevó su presa a Euristeo.



El siguiente trabajo de Heracles fue el de acabar con unas aves que aterrorizaban a las gentes de la Arcadia y devastaban sus cosechas. Eran pájaros con pico, garras y plumas de acero, y provenían del Lago Estínfalo. Heracles acabó con varias y ahuyentó al resto usando unas castañuelas de bronce fabricadas por Hefesto.

El sexto trabajo de Heracles consistió en limpiar los enormes establos de Augías en un sólo día. Jamás habían sido limpiados por lo que se formó una gruesa capa de estiércol que impidió el cultivo de las tierras vecinas. Heracles abrió dos agujeros en los muros de los establos y desvío el curso del río Alfeo, haciendo que el agua entrara y arrastrase todo el estiércol. Realizado el trabajo Heracles cobró sin éxito un salario acordado previamente con Augías, mientras que Euristeo no consideró esto como un trabajo al considerar que lo hizo por una recompensa.


El séptimo trabajo de Heracles fue capturar al toro que Minos se negó a sacrificar a Poseidón y que concibió al minotauro junto a su esposa Pasifae. Heracles lo atrapó vivo y lo llevó ante Euristeo, quien quiso ofrecerlo a Hera. La diosa no aceptó el sacrificio y el animal quedó suelto, llegando a Maratón donde mató a Androgeo, hijo de Minos. El toro murió a manos de Teseo.

Después, Euristeo envió a Heracles a capturar a las yeguas carnívoras de Diomedes, rey de los bistones. El héroe se llevó a las yeguas y el rey envió a sus tropas tras el ladrón. Heracles venció a los soldados, capturó a Diomedes y lo dio de comer a los animales, lo que los volvió dóciles. Después las yeguas fueron consagradas a Hera y Heracles fundó la ciudad de Abdera en honor a su amigo Abdero, quien fue devorado por estos animales.



Euristeo quería satisfacer los caprichos de su hija, así que envió a Heracles a conseguir el cinturón de Hipólita, reina de las Amazonas. Este cinturón, que simbolizaba el poder de estas guerreras, había sido un obsequio de Ares. Hipólita entregó voluntariamente su cinturón a Heracles, lo que enfureció a Hera. La diosa tomó la apariencia de una amazona e instigó un motín contra el semidios quien, creyendo que esto era obra de Hipólita, la mató y escapó con su cinturón.

Después Euristeo envió a Heracles a la isla de Eriteya, situada más allá del Estrecho de Gibraltar, a robar los bueyes de Gerión. Gerión era un ser de gran tamaño, cuyo cuerpo tenía 3 torsos y 3 cabezas. Heracles viajó hasta la isla usando el carro del dios Helios. Al cruzar el Estrecho de Gibraltar levantó las columnas que llevaron su nombre. Una vez en Eriteya, Heracles venció a Gerión y a su perro Ortro (hijo de Equidna y Tifón), y se llevó a los animales. Euristeo, entusiasmado por ver triunfador a Heracles, sacrificó los bueyes en honor a Hera.


Euristero encargó a Heracles la captura de Cerbero, perro de 3 cabezas y cola de serpiente, hijo de Equidna y Tifón, y guardián de las puertas del Inframundo. Hades autorizó a Heracles que se llevara a Cerbero con la condición de que lo dominara usando sólo las manos y que lo llevase de regreso al cumplir su trabajo. El semidios domó a la bestia después de una larga lucha y se lo llevó a Euristeo. Habiendo cumplido con su misión Heracles devolvió a Cerbero al Inframundo, tal y como había pactado con el dios de los muertos.

El último trabajo de Heracles consistió en apoderarse de las manzanas de oro que Gea dio a Hera como regalo de bodas y que eran custodiadas por las 3 ninfas del ocaso llamadas Hespérides. Éstas se encontraban en un ubicado cerca de la Cordillera del Atlas (norte de África). Al llegar al jardín se encontró con el dios titán Atlas, obligado a cargar la bóveda celeste, y padre de las Hespérides según algunas versiones del mito.

Atlas pidió a Heracles que sostuviera el cielo mientras recogía las manzanas por él. Heracles accedió, pero Atlas al verse libre se ofreció a llevar las manzanas a Euristeo. Ante el engaño, el semidios pidió al titán que sostuviese el cielo por un momento mientras se acomodaba la capa. Atlas accedió y Heracles se marchó finalmente con las manzanas. En otras versiones de la historia Heracles se inflitra en el jardín y roba las manzanas, las cuales son devueltas al jardín por Atenea.

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